jueves, noviembre 04, 2010

¿MÁS SOLO?

Me sucede una y otra vez, y me da tanta vergüenza confesarlo, escribirlo o decirlo: tengo un problema crónico con la bebida y no sé cómo manejarlo. Es triste para mí, porque ya estoy cerca a mis 40 y no entiendo el porqué se me va esto de las manos. No sé si soy alcohólico, pero lo voy a describir por si alguien alguna vez lee estoy quizá me pueda ayudar.

Lo que pasa es que me pongo a beber, y sigo, feliz, sin importarme que al día siguiente hay trabajo u obligaciones que cumplir; tampoco me importa gastar y endeudarme, incluso me pongo a invitar como si tuviese mucho dinero. Por si fuera poco, al día siguiente me levanto y quiero seguir y ¡sigo! Y así me la paso dos días, olvidándome de todo, porque “la vida es una sola carajo y hay que vivirla”… luego, al tercer día, viene ese sentimiento de culpa y vergüenza tan hondos y grandes e interminables. Así estoy ahorita, mal, sin querer mirar a los ojos a mi familia, avergonzado, con el pecho oprimido como si alguna mano me estuviera aplastando a la altura del corazón.

Y lo peor son las cosas que hago o digo mientras estoy en ese trance terrible: río, bromeo, hablo hasta por los codos, bailo, me confieso. Luego, ahora, cuando el trance está pasando, me siento tan arrepentido, con un sentimiento de culpa tan grande.

Debe haber una explicación psicológica a mi situación, quizá sea esta soledad que me tiene envuelto y totalmente preso de ella, le pertenezco a la soledad, será que el licor me permite escapar de su yugo, será que por el hecho de sentirme acompañado gracias al licor, es que pierdo los papeles, es que quiero seguir y seguir, porque es ahí donde puedo expresarme, conversar, sentirme oído, respetado, comprendido, por gente joven, bella, a la que busco para me acompañen en mi trance.

No me importa nada, no pienso en nada en ese momento, solo seguir, seguir y seguir. Y luego pueden pasar semanas e incluso meses sin que vuelva al licor, pero el hecho es que cuando vuelvo, me importa un gran carajo todo y hago, por lo general, las peores cosas y de las que me tengo que arrepentir siempre.

Como quisiera tener la grandeza de carácter y espíritu para saber controlarme, cómo quisiera, pero no, me domina, es más fuerte que yo. Ya muchas veces he pasado por esto, muchas veces he pensado luego del trance, y muchas veces me decido, hasta ensayo cómo voy a hacer las cosas cuando llegue el momento, para no caer, para no volver; pero los ensayos son inútiles, siempre cometo el mismo y el mismo error. ¿Cómo arreglo mi vida?

1 comentario:

Vicho. dijo...

Me encantó su sinceridad, tu verdad mostrada desde la entraña. Es un buen camino para torcer el rumbo.
Se me ocurre decirte algo simple: si no quieres ir al norte entonces dirígete al sur.

Me encantaría tener contacto contigo.