jueves, octubre 16, 2008

UN PAJARITO

Sí, había dicho que no escribiría otra vez hasta tener avanzada la segunda parte del marco teórico, pero no pude resistirme (la verdad es porque pierdo fácilmente la capacidad de concentración), porque, acabo de escuchar el canta de un pájaro, igual de fuerte, igual de melodioso, igual de tierno, que hace 30 años atrás, cuando era un niño y hacía poco que nos habíamos mudado a esta casa de mis padres, que a pesar de mis 37, sigo ocupando con ellos.
Fue como una ráfaga de luz que iluminó no sólo mi pensamiento, llenándolo de recuerdos, sino también mi corazón. Cuántas cosas, cuanta felicidad, cuanta paciencia y lentitud en la vida, simple, franca, transparente, sin complicaciones ni cadenas; cadenas y máscaras que llegaron pocos años más tarde, luego de esa época maravillosa de la infancia, cuando junto a un jarro de leche de vaca con “choco presto”, en la ventana del comedor, al atardecer, mirando el espléndido huerto vecino, mi hermano imitaba ese cantar con una perfección asombrosa y que yo nunca jamás pude imitar. Mi hermano, travieso, tierno y compañero de aquellos años, cuando, muchas veces nos pudimos divertir y reír juntos… épocas que se perdieron luego. Aún me parecen tan estúpidos los motivos.Hacía tanto tiempo que no escuchaba esa melodía, esa que es un maravilloso estigma en mi mente y mi corazón. Ahora, sigo con el marco teórico.

NO HAY PRIMERA SIN SEGUNDA

Escrito el 15/10/2008

Ya pasó casi un mes desde que escribí lo anterior, parece mentira pero (aunque todo el mundo lo diga), el tiempo pasa volando.
En este mes es muy poco lo que he podido avanzar, ya sé que no debe haber pretextos, pero lo que pasa es que he tenido tan poco tiempo para dedicarme a esto: el trabajo, la preparación de temas para las clases a dictar, las actividades paralelas como el deporte que no dejan tregua porque tienen fecha de inicio y de fin y las que uno no puede abandonar porque como las asumo voluntariamente, considero que implica una más fuerte responsabilidad.
Acabo de leer las siete páginas de mi primer tema del marco teórico: “la gestión del conocimiento y la gestión de recursos humanos”. Temo que mi asesor me dirá: “es un tema de ingeniería, no de humanidades”. Pero la verdad, me temo que nada tecnológico puede funcionar sin la base humana. Leo y me doy cuenta que esa idea, que debe ser mía a manera de conclusión, aún no la he podido “parir” (¡!). Pero lo voy a hacer. Siete páginas que me llevaron casi un mes, pero ya dije, con muy poca dedicación de tiempo, ¿por qué estoy metido en tantas cosas?
Ahora quiero iniciar otro tema del marco teórico, revisaré algunas tesis que he bajado de Internet, de las cuales quiero extraer los conceptos generales al respecto. Estoy viendo, además, que necesito comprar o conseguir un libro como el de Nonaka y Takeuchi, no sé como lo voy a conseguir, en mi “pueblo” esos títulos no existen.
¡Ah!, otra obligación más que me acabo de echar a cuestas: un diplomado virtual sobre recursos humanos en la PUCP, es que me interesa mucho el tema, ahí mi sesgo para tratarlo como sea dentro de mi tesis; qué irá a decir mi asesor, que por cierto hace tiempo no consulto sobre el tema.Bueno, hasta aquí, no voy a contar nada más hasta que no haya avanzando algo significativo sobre lo que inicio esta noche. ¡Y el lunes tengo evaluación de 94 páginas del diplomado!, de las que he leído sólo 10 hasta el momento... una locura... jodido pero contento.

LA PRIMERA VEZ DUELE

Escrito el 16/09/2008, a las 22:09

Estoy iniciando recién hoy 16 de setiembre mi etapa de recolección de datos. Esta etapa debió estar terminada (según mi proyecto de tesis) el 31 de agosto de 2008, debiéndola iniciar el 01 de mayo de 2008. Bueno estoy muy atrasado y la verdad no sé por dónde empezar.
Ya sé que no se deben poner excusas para nada, pero la verdad que el trabajo en la Escuela de Administración en la UNC, más los cursos presenciales de maestría me tienen completamente absorto; por lo general duermo un máximo de 5 horas diarias (salvo las noches que estoy viajando a Trujillo a clases, en que no sé si duermo más o menos que eso), sin embargo el tiempo no me alcanza, hago una y otra cosa sin parar y pese a que estoy con la voluntad necesaria no he podido darle el suficiente tiempo a mi trabajo de tesis.
Insisto, no sé por dónde empezar, mi asesor me ha dicho: “inicia con el marco teórico en profundidad… la pelota está en tu cancha”. Bueno, veremos que sale hoy. Aún tengo que preparar un artículo para el primer número del boletín que con un grupo de alumnos de la Escuela estaremos “sacando” esta semana. Eso lo haré más tarde, son las 10.05 p.m., aún tengo un buen rato por delante; mañana clases desde las 7.00 a.m. hasta la 1.00 p.m. sin parar.
Lo que me alivia es que me gusta este trabajo, quisiera hacer más cosas pero no puedo… quiero que mi tesis sirva para algo, para proponer una solución perfectamente viable a una institución como la mía: la Universidad Nacional de Cajamarca.Ya sé, iniciaré leyendo a dos autores sobre mi tema: “la gestión del conocimiento”, autores que le dan una perspectiva desde la temática de recursos humanos… vamos a ver como sale todo esto (¿qué diablos se hace en la recolección de datos?).

ES TAN DIFÍCIL

No es que no tenga de qué escribir, lo que pasa es que a veces se me enrreda el tema que quiero tener acá en este saltamontes, sigo con esa gran duda: mi día a día, o mi vida "oculta", jajajaja.
Áún no me decido pero esta temporada trataté de postear cosas que son importantes para mí en esta época, sobre lo que voy haciendo "sobre la marcha".
Sin embargo, aún no me decido; al fin que nadie me lee.

domingo, agosto 10, 2008

YO (PARTE I)


Hay muchas veces que he querido detenerme a penar acerca de mí, pero no lo podido hacer, nunca, de manera coherente y adecuada. Quisiera poderlo hacer, sentarme (como en este preciso momento lo estoy haciendo) y escribir algo real, serio, importante sobre mi persona.
Tengo a la fecha 37 años, ¡mal vividos!, porque de hecho no he podido hacer todo lo que he querido y todo lo que debería, simplemente porque no me he decidido y porque hasta hace poco (muy poco), mi vida ha estado marcada por el desvarío y la mediocridad, qué más da, así es, ya lo dije.
Sin embargo, cada vez que intento como hoy, reflexionar acerca de mi vida, me encuentro primero, con el sentido de mis valores, aquellos que marcan el rumbo de mis actos y que son positivos, son fuertes, pese a algunos puntos débiles, son los adecuados. Eso me tranquiliza, me da una paz interior que me fortalece, me enorgullece. Pero más allá de eso, hay poco, poquito, y nuevamente me preocupo y entristezco.
Entonces, soy una persona responsable, íntegra, luchadora, disciplinada, confiable, amorosa, muy respetuosa. Pero, tímida, introvertida, con una preocupante incapacidad de relacionarme con todo tipo de personas; situación que ha sido determinante para no haber logrado, a estas alturas de mi vida, cosas que otros alcanzaron fácilmente.
Ahora que me he puesto a pensar en esto, creo que mis valores no siempre han estado en relación a mi forma de comportarme, no siempre he sido coherente, es más, creo que en gran parte de mi vida ha existido incoherencia, lo que ha logrado que muchas personas no se formen un concepto cabal y claro de mí. Esto puede haber sido uno de los motivos por lo que me haya formado malos hábitos que me están costando mucho cambiarlos y manejarlos.
Decía ser responsable y muchas veces falté al trabajo por el hecho de haber bebido de más, decía ser una persona respetuosa y no siempre honré la casa de mis padres adecuándome a sus normas, decía ser un luchador pero no podía ponerme objetivos y enfrascarme en su logro, decía ser disciplinada y me era casi imposible cumplir con un horario de estudios. En fin, son tantas las cosas negativas que ¡estoy dejando atrás!, sí señor, las estoy dejando y me siento feliz por ellos. Soy perfectamente consciente que aún me falta mucho, que estoy empezando, que el tiempo nunca perdona y avanza y avanza sin escuchar nada; pero soy diferente, mejor que ayer, estoy emocionalmente más fuerte, más maduro, con ganas de hacer y progresar y dejar hacer y ayudar a hacer.
Creo que la madurez es signo de crecimiento, y estoy creciendo, me siento mucho más fuerte que hace 10 años, cuando tenía hermosos 27. Pero de hecho, esa madurez, no necesariamente tiene correlación con la edad, yo, a eso 27, por ejemplo, tenía la madurez de un desorientado de 14, y no exagero. Mientras otros, conocidos míos, a los 27 tenían la madurez de un hombre de 27, o más… y claro, ahora se ven los resultados. Sin embargo, más vale tarde que nunca, me siento como un corredor de fondo, que sabe que es uno de los mejores, sin embargo, salió rezagado y está haciendo todos los esfuerzos para tomar el grupo de élite, de los de adelante, los más rápidos y fuertes, y sabe que lo logrará, porque tiene las suficiente capacidad para hacerlo, porque es ya maduro, porque tiene los suficientes valores y las suficientes virtudes para lograr ese ansiado objetivo.Ese soy yo, lo sé, estoy motivado aunque un poco asustado. Sigo ahí, yo puedo, lo estoy demostrando… y lo principal es que lo creo.

sábado, junio 07, 2008

LLAMAN A LA PUERTA


No se qué quiero escribir o de qué debo hacerlo, lo que pasa es que tengo esa imperiosa necesidad porque estoy convencido que es una de las cosas que me hacen sentir más tranquilo, más relajado, confiado, satisfecho. Es decir, salga lo que salga, me siento en un estado de tranquilidad medio anormal pero delicioso.
Bien, el sexo, si esa palabra que tiene tantos sentidos, es algo maravilloso (¿opiniones?), algo que en mi vida tiene omnipresencia, a tal punto que a veces es preocupante o vergonzosa. Pienso en él siempre, muy seguido, a veces hasta en los lugares más inapropiados. Cito un ejemplo: estoy estudiando, leyendo algo importante para una clase y derrepente, ¡flash!, aparece como una luz muy fuerte y destellante, se estaciona en mi pensamiento y se queda por un buen tiempo.
Son imágenes exitantes, de experiencias pasadas o con personas con las que nunca tuve nada pero a quienes deseo imperiosamente, es algo sensacional pero preocupante, porque no puedo controlar su aparición. Puede presentarse en un momento de la noche, cuando estoy desocupado, solo, suelto, y es riquísimo; es algo así como una visita que me hace compañía, me entretiene y me regala una “entrada” a un placentero momento de satisfacción. Pero, también en una combi, cuando estoy yendo al trabajo o a la casa, cuando no debo pensar en él; y no me obedece, llega, me perturba, me exita, se queda, no quiere retirarse, me avergüenza ... lo detesto.
Entoces, no sé qué concluir, soy un enfermo por eso, soy un pusilánime que no sabe controlarse ni evitar situaciones inoportunas, soy poco inteligente a causa de esa falta de autocontrol, simplemente soy un ser humano más del siglo 21 que se atreve a reconocerlo y contarlo. ¿Eso me define como persona, como hombre...?; no lo sé. Es como cuando tocan el timbre de tu casa, puede ser oportuna o inoportunamente, y depende del momento en que estés, de cómo estés para que te agrade o desagrade la visita, esa situación que se presenta imprevisible, sin avisar antes.Sea como sea, el momento que sea, controlable o no, es rico, y me hace sentir que “aún puedo”, y eso, a mis 37, es tranquilizador.

domingo, mayo 04, 2008

MI VACA


Han pasado varios meses desde la última vez que me aventuré a escribir algo aquí, es que realmente no estaba interesado en escribir nada por diferentes causas, pero la principal creo que fue “mi vieja vaca”. Sí, hace poco escuche una conferencia de motivación donde el ponente hacía referencia a “La Vaca” de Camilo Cruz.
Me asombró ver cómo la gente le prestaba atención y no creo que la mayoría de ese público haya escuchado por primera vez del tema, no, lo que pasa es que nos gusta tanto ser “ganaderos” que es imprescindible nos recuerden, por lo menos de vez en cuando, que hay otros oficios más productivos (ojo, estoy tratando de escribir metafóricamente. No tengo nada contra los ganaderos).
Volviendo a lo mío, dejé de escribir a causa de mi gran vaca, esa que se presenta tan desarrollada y lechera, que está casi permanentemente a mi lado y que, por ejemplo, me hizo dejar este pasatiempo que tanto bien me hace.
Me divertí mucho esa mañana en la conferencia, con cada ejemplo, cada metáfora, cada anécdota sonreía y me sobrecogía al mismo tiempo porque iba comprobando que quizá no tenía una, sino varias vacas en mi vida.
Al salir, caminaba arrepentido y entusiasmado. Lo primero porque, caray, hace falta que venga un desconocido a que me recuerde que dejar de ser ganadero depende solo de mí; lo segundo, porque ese desconocido, al mismo tiempo, me recordó que es solo mía la decisión de seguir al lado de mi vaca o safarme de una vez de ella (¡de ellas!).
Hace poco tiempo que estoy dedicándome a otro trabajo sin haber abandonado del todo mi antigua ocupación y estoy feliz. Tengo mucho que hacer, mucho que estudiar y trabajar, pero el entusiasmo no baja, no cesa, se mantiene; crece. Es un nuevo “estado vital”, nuevas exigencias que me han dado impulso, que me han hecho conocerme mejor, comprobar que si puedo hacer más cosas (muchas más). Esa mañana me sirvió para recordarme que a mis 37, falta mucho por hacer y vivir, por caminar, pero todo, absolutamente todo en ese camino, dependerá tan solo de mí. No sé si me logro explicar, es que estoy, sin embargo, medio asustado: tenemos el control, el mando de un espléndido automovil cuyo tanque de combustible se abastece tan sólo con nuestra decisión y voluntad... y el camino es largo.