martes, enero 16, 2007

HOLA 2007


Aún luego de varios días de empezado el año 2007, todavía no me encuentro adaptado a las exigencias que “el nuevo milenio” nos hará. ¿Se han dado cuenta que últimamente los años pasan y pasan como si volaran? Es increíble, casi ni cuenta me he dado, y ya terminó el 2006 sin que haya podido culminar ni si quiera con la mitad de las cosas que la competitividad y la globalización exigen de nosotros ahora.
Pensé que el tiempo nos daría más, pero no es así. Acaso el mundo marcha más pronto que hace unos años, acaso el día tiene menos horas y no nos hemos percatado. En fin todo avanza, todo camina, casi todo cambia: los presidentes, los alcaldes, el valor del dólar, etc. etc. Pero algunos, como en mi caso, sentimos que no cambiamos en esencia.
Y es que debemos hacerlo, es necesario que nos reprogramemos y ajustemos a las nuevas exigencias del mundo; para no condenarnos al fracaso o a la infelicidad.En esencia no quiere decir que cambiemos nuestros más profundos y excelsos valores, no, con esto trato de decir que reprogramemos nuestra menara de ver las cosas, incluso de sentir. Pero, ¿seremos capaces de hacerlo?, ¿podremos adaptarnos a este mundo en continua transición?, ¿es humanamente posible el intentarlo?
Las personas sentimos, pero parece que el mundo de ahora siente menos que el de ayer. Es tan difícil por eso encontrar a esa personita que te llene en todos los sentidos, es más difícil ahora querer, es más difícil que te quieran, es más fácil ser violento, es más fácil ser insensible ante los problemas de la gente porque “cada uno se las arregla como puede” (“it´s not my bussiness”), es más fácil probar con una cara bonita porque hay menos tiempo de conocer por dentro a aquellas no tan bonitas, ya no importan los sentimientos, importan los pantalones o las camisas que uses, la marca de zapatos que tengas y la discoteca a la que asistas.
Pero seguimos, tercamente, adelante siempre adelante, intentando reprogramarnos hoy de diferente forma a como lo hicimos ayer, para que seamos “competitivos”, para que podamos salir a “pelear” allá afuera. Y a veces logramos ganar, logramos vencer, pero luego, nos damos cuenta que aún estamos solos, que podemos ser los más solitarios de los triunfadores, y viene la melancolía, viene el desencanto, llega la tristeza, una lágrima, una borrachera para olvidarte que no tienes perro quien te ladre… y mañana, otra vez al ruedo, a competir, a ganar, a ser más y más y también más y más solo, ¡es el nuevo año!, ¡bienvenido 2007!