miércoles, mayo 02, 2007
SÓLO UNA PALMADITA
Las personas necesitamos de un aliento, un “empujón anímico” para seguir adelante, de una motivación para saber que lo que hacemos lo podemos continuar, lo podemos llevar a cabo, porque nuestra gente nos respalda.
Pero, qué poco común es eso en nuestro medio, es acaso un razgo no modificable de la personalidad del peruano, no saber decir “felicitaciones”, “suerte”, “te deseo lo mejor”, “tú puedes”. Qué nos pasa, que sucede con nosotros que no podemos aplaudir y apoyar a los que nos rodean, qué tan difícil es para nosotros apoyar las inicitativas de nuestros compañeros, su afán de superación, su emprendedorismo.
La verdad que es una situación bastante deprimente, tal parece que es totalmente cierto aquél dicho popular “que el peruano es el peor enemigo de otro peruano”. Nos regocijamos muy poco (o nada) de los triunfos ajenos, no sé, quizá sea así en todo sitio y estoy haciendo una tormenta en un vaso de agua, pero lo siento así, muy poco apoyo moral, muy poca alegría por éxitos que no son nuestros sino del vecino, del “amigo”. Acaso esto no es un signo inequívoco de una cultura de la envidia que conducirá casi siempre al estancamiento en diferentes órdenes de la vida.
Lo sentí así, me desanimó, me dolió, me jodió, pero decidí seguir, pero no sé si siempre se pueda seguir pese a esto, no sé si todos estemos en la disposición de seguir “pese a”. Vamos amigos, “rompamos el hielo”, una palmadita en el hombro no le hace mal a nadie.
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1 comentario:
Te cuento algo?, eso no sólo pasa en el Perú, sino que también en Chile y me atrevería a afirmar que en muchos otros lugares. Nuestra naturaleza de "seres humanos" trae el problema de la envidia con ella, pues la mayoría siempre se alegra de ser más que un otro, de ver que todos los demás les va mal y comentarlo, hacer notar la "lástima" que se siente por ellos/as, pero cuando les va bien, nadie se te va a acercar a decirte lo bien que lo has hecho, lamentable, pero es así. Ahora, me parece que tienes 36 años y esto ya deberías tenerlo claro y evitar así, que te afecte más de lo normal. Sabes qué hago yo?, me río, disfruto sentir la envidia de otros cuando consigo cosas y cuando a él le va bien y a mí mal, me acerco, le hablo, lo felicito, le palmeo la espalda y le recuerdo que él no hizo lo mismo conmigo, cuando los papeles eran distintos y la mayoría de las veces consigo que esa persona, piense, reflexione acerca de sus actitudes y en una próxima oportunidad, recordará mis palabras e intentará tragarse los malos sentimientos, y por último, sólo por educación, y con el dolor de su corazón, felicitará y reconocerá que alguien a veces, es mejor que uno. Creo que así, siendo directos y enrostrando actitudes que nos molestan, se puede aminorar la impersonalidad y el regocijo que provoca en algunos, el fracaso de otros.
Saludos y gracias por el post, muy lindo.
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