martes, marzo 27, 2007
¿Y EL RESPETO?
Hay momentos difíciles en la vida en los que uno no sabe qué hacer al instante, cómo reaccionar, qué rumbo tomar... situaciones que vienen de una manera tan inesperada pero frontal y contundente.
Cosas como: ya no podemos renovarte el contrato, o tu proyecto no fue aprobado, o, sabes, ya te estarás imaginando lo que te voy a decir, que por el momento no quiero estar con nadieeeeee... Como si se tratara de decirle a alguien: “hola, qué tal”.
Me he dado cuenta que casi todas las personas carecemos de tino y sentimiento para comunicar ciertas cosas que definitivamente van a herir a los demás, que los van de deprimir, que los van hacer caer muy profundo, tanto que quizá no encuentren la forma de levantarse. Lamentablemente es así, y lo hacen, o lo hacemos escudados en la sinceridad, en la prontitud que deben tener las cosas; en la globalización, porque “cuando llueve todos se mojan” o porque simplemente “las cosas se dicen de frente y sin rodeos”. Qué canivalismo, cuánta insensibilidad.
Y los que la sufrimos, pues la pasamos de hecho mal. A veces tenemos planes, sueños, caminos que nuestros corazones y cerebros han trazado con exactitud ingenieril, objetivos que deseamos cumplir peldaño a peldaño, no importa si lentamente, pero cumplirlos. Y ese momento es tan difícil, ¿cómo reaccionamos?, incógnita, cada persona es tan distinta, pero hay algo en común que nadie podrá jamás discutir: el alma, nuestro corazón siempre sufre en mayor cantidad, no importa si la cara, los gestos, dicen otra cosa, simplemente la procesión va por dentro. Y cuidado, esas terribles procesiones son las que van carcomiéndonos, llenándonos de infelicidad, hundiéndonos y haciendo que nos volvamos inestables, inseguros, temerosos.
Tan solo si todos actuáramos en este globalizado y competitivo mundo con más sensibilidad, con más amor, con más tino, en buena cuenta con más respeto y consideración, poniéndonos en el lugar del otro, que creo es la mejor y más precisa forma de respetarnos. Cuánta deshumanidad, en mayor o menor tamaño, pero ahí está escudándose en la modernidad.
¿Estamos ante una total escasez del que podría ser el más elevado de los valores?, el respeto, hacia dónde vamos, a veces son cosas pequeñas que pueden ir matándonos, y lo peor es que ni si quiera podemos gritar a causa de ese dolor, ni eso...
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3 comentarios:
Lucho:
Te entiendo tan bien, pues justamente estoy con un problema que tiene que ver con esto, con el hecho de no pensar un poquito en el otro y como tú dices, en no saber qué significa el valor del respeto. En conclusión, batalla perdida Luchito, ya estamos en este remolino de egoísmo y poca solidaridad, todos somos impersonales, no nos interesa un otro, a veces no interesa ni siquiera ser sincero con el otro, porque en eso si que estoy de acuerdo, en ser sincero, cueste lo que cueste y aunque lamentablemente hieras un poco, porque es muy cierto el dicho: "la verdad duele".
Saludos y no te "achaques"
Deprimirse es saltarse el tratado de Selecciòn Natural de Darwin. Actualmente es increiblemente fácil sentirse con el mundo; sólo hay que mirar la cédula o las facturas o simplemente escuchar a Ozzy Ousbourne. En mi opinión la vida es muy corta para deprimirse, para cuestionarse por el pasado presente y futuro del mundo, eso sólo nos lleva a preocuparnos por la méndiga posteridad, y en últimas, ¡qué ha hecho la posteridad por mí!...
Perdona...achaques nazistas de la vejez.
Por qué tan desaparecido?. Se te extraña.
Saludos
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